- Quiso introducir, con violencia, a manifestantes a los que él mismo convocó y pagó para que fueran a Mexicali
- Una estratagema más para quererse colgar medallas, hipócritamente, pues nunca ha servido a sus representados; sólo ha sido un parásito del erario
MEXICALI, B. C., – Como es característico del ahora diputado local del PT (Partido del Trabajo), Marco Antonio Blásquez Salinas, hizo gala de su prepotencia y agredió físicamente a guardias del Congreso del Estado de Baja California, para pretender introducir, con lujo de violencia, a un grupo de manifestantes contra el alza a las tarifas de suministro de agua.
No fue porque realmente le interesara el bienestar de los que menos tienen y, que, obviamente se verían más perjudicados en su paupérrimo ingreso familiar con un aumento a los cobros de la CESPT, sino que, buscando lucrar políticamente con la inconformidad social, planeó y pagó a los manifestantes acarreados.
Existen chats de grupos de WhatsApp en los que convocó a una manifestación en el edificio del Poder Legislativo del Estado, y, se ofreció a pagar los medios de transporte masivo para que acudieran a la capital cachanilla, y hasta una «feria» para que les fuera remunerativo el show que armaron en el Congreso.
Todo eso fue una estratagema más para quererse colgar medallas, hipócritamente, pues nunca ha servido a sus representados; sólo ha sido un parásito del erario.
Ante el «pueblo sabio» el actual diputado petista, Marco Antonio Blásquez, quiere aparecer como un adalid de la justicia, pero le gana la ambición y fácilmente cede a «propuestas indecorosas» de fajos de billetes para traicionar al pueblo, como cuando se votó en el sexenio de Enrique Peña Nieto por el aumento al IVA y justo cuando le tocaba votar, se fue al baño para abstenerse, pero bien recibir el posterior millón de pesos que se destinó a cada legislador federal que contribuyó a esa reforma fiscal.
Luego, toda su vida ha sido un fiel sirviente lambiscón del pseudo ingeniero Jaime Bonilla Valdez, y, alterna su papel de diputado local con la de comentarista de tv y radio, descalificando a diestra y siniestra, a toda hora, contra funcionarios del gobierno de Marina del Pilar Ávila Olmeda, y, especialmente contra la misma Gobernadora.
Marco Antonio Blásquez está ávido de causas sociales las cuales encabezar para aparentar ser un hombre «justo» y político «serio», pero esta vez, como en algunas otras en su accidentada trayectoria personal, le ganó la soberbia al grado de golpear a los guardias del Congreso del Estado, y, hasta su suplente, Ramón Castorena, le hizo segunda, golpeando a uno de los guardias, y, se armó un gran escándalo.